Nota

Aquí publicamos los artículos de prensa, columna, crónicas, reflexiones, ensayos y demás de la producción textual de Diógenes Armando Pino Ávila.

jueves, 31 de julio de 2014

Por qué político no?

Por: Diógenes Armando Pino Ávila.
La semana pasada hacía algunas reflexiones sobre la tendencia de los jóvenes y niños que en su mayoría querían ser con James Rodríguez, pues bien, muy a pesar de que tengo la costumbre de desconectarme rápidamente de un tema para enfrentar otro en mi columna, esta vez no he podido, y al dar vueltas sobre el asunto, encuentro que nuestros chicos, si bien quieren ser como James, no quieren ser como ningún político colombiano.
Planteado el nuevo tema encuentro que hay una marcada aversión por parte de los estudiantes hacia la política y hacia los políticos en términos generales. Parece ser que la política está tan desprestigiada que ni la inocencia infantil la acepta y ni la fogosidad rebelde del joven la digiere. Creo que este rechazo marcado se debe a que todos los días los periódicos y los noticieros de la Tv denuncian casos de corrupción donde aparece la política y los políticos como protagonistas principales, ese nefasto reparto estelar de la maldad metiéndole mano a los recursos de todos los colombianos hace que nuestros jóvenes, afortunadamente, no deseen incursionar en tan contaminada actividad.

domingo, 27 de julio de 2014

Quiero ser como James

Por: Diógenes Armando Pino Ávila
«Yo voy a ser como James» es una de las tendencias que dejó La Compa Mundo Brasil 2014, «voy a ser como James» o «quiero ser como James» es el máximo sueño de muchos jóvenes y niños colombianos y con esta ilusión se levantan y se acuestan todos los días, incluso hay padres y hermanos que apoyan e incentivan este deseo de los chicos que deslumbrados por la fama de nuestro compatriota cifran sus sueños y futuro en una carrera futbolística que les haga famosos como James, otros tienen el mismo sueño pero su referente no es James sino Falcao o Cuadrado, ya son pocos los que quieren ser Cristiano Ronaldo, Messi o Neymár. En su gran mayoría lo quieren ser por su fama, algunos por sus gambetas y otros por ser adinerados.

miércoles, 16 de julio de 2014

El de 1.810 y el de ahora.

Por: Diógenes Armando Pino Ávila
Este domingo 20 de julio, los colombianos festejamos oficialmente el día en que los criollos decidieron la independencia de la Patria y mandaron al carajo a los chapetones. Cuenta la historia, que el rey Fernando VII había abdicado tras la invasión francesa a España que realizara, el engreído franchute, Napoleón Bonaparte en 1.808. Esta abdicación motivó que los chapetones se pellizcaran y formaran juntas para gobernar alternamente la península y los territorios de América, hasta que su rey recuperara el trono.

jueves, 10 de julio de 2014

En la Tierra Prometida.

Por: Diógenes Armando Pino Ávila
El mundo asiste boquiabierto a el espectáculo de la Copa Mundo Brasil y cada día los ciudadanos de las naciones nos sentamos ante un televisor a cumplir el ritual colectivo de ver las gambetas y genialidades deportivas de esos muchachos que visten las camisetas de sus países y defienden sus colores en las justas futboleras. Ese ritual donde le rendimos culto al rey de los deportes nos impide ver otras realidades que ocurren simultáneamente al campeonato del mundo. La pasión por el balompié nos mantiene ocupado y evadido de las realidades que se dan en nuestras vidas y en la de los demás, por ejemplo, no nos dimos cuenta que en Colombia el galón de gasolina subió y que esta alza tendrá consecuencias onerosas en el costo de la canasta familiar, la guerrilla del ELN derrama el crudo de los camiones cisternas que lo transportan en una carretera rural colombiana y contaminan las fuentes de agua con que se surten los pueblos del Putumayo. En Brasil los pobladores de las favelas protestan violentamente contra el espectáculo montado por la FIFA. El grupo terrorista Hamas que dice defender la causa palestina lanza cohetes contra las ciudades de Israel. El mundo entero anonadado por el espectáculo del futbol no ve este otro espectáculo que se vive en esta otra dimensión de la realidad.

jueves, 3 de julio de 2014

Campeones sin perder la cabeza

Por: Diógenes Armando Pino Ávila
Debo confesar que el futbol no es mi deporte favorito, es más, no tengo deporte favorito, pues la naturaleza, si bien es cierto, no me hizo hábil y diestro en estas lides, es cierto también, que no me dotó con el gusto de sudar la gota gorda persiguiendo una pelota, tampoco me dio la afición por practicar deporte alguno. Confieso que en la infancia, en mi pueblo natal, me escapaba a bañar a escondidas en el río, cazaba con caucheras algunos pájaros (de lo que ahora me arrepiento), pescaba con anzuelos y casi que obligado, juagaba un pique de futbol con la famosa pelota de letras, y como era tan mal jugador, los compañeros terminaban sacándome del juego antes de terminar el pique, ese es mi escaso palmarés como deportista.

¿Y si nos ganamos el mundial?

Por: Diógenes Armando Pino Ávila
A través de la historia Colombia ha sufrido tantas y tan variadas desilusiones en todos los aspectos de la vida social, política, económica, histórica y deportiva, por solo mencionar algunas, que ya parece imposible que nos sorprendamos ante cualquier desilusión. No obstante los colombianos mantenemos intacta la esperanza, nunca caemos en la desesperación de no creer en nada. Por eso cada cuatro años creemos en el político de turno que va a sacar el país adelante, por eso creemos que este candidato a la gobernación si nos va a hacer el puente, que este candidato a la alcaldía sí va a pavimentar la cuadra donde vivo. Por eso cada cuatro años hacemos campaña y participamos en política y dejamos la camisa vuelta jirones en la plaza convenciendo a los vecinos para que voten por nuestro candidato.

La alborada de la paz

Por: Diógenes Armando Pino Ávila
Con los resultados electorales del domingo comienza el final de la horrible noche de una guerra de más de 50 años, que ha causado miles y miles de muertos y empieza a clarear una alborada luminosa de una paz duradera que evitará miles y miles de muertos más.
Por eso los colombianos todos, los que votamos por Santos, los que votaron por Zuluaga, los que votaron por el voto en blanco, los que no votaron, los de izquierda, los de la ultraizquierda, los de la derecha, los de la ultra derecha, los de centro, los que creen en el proceso de paz, los que no creen, los que creen en los paramilitares, los que creen en la guerrilla, los que creen en los militares, los que no creen en ninguno de los anteriores, los guerrilleros, los paracos, los militares, los policías, los que creen en Dios, los ateos, los descreídos, los masones, los gnósticos, los cristianos de diferentes vertientes, todos, absolutamente todos, debemos cerrar filas para que esta paz se concrete, comenzando con la firma de paz con la Far en la Habana y prosiguiendo con el ELN y después con los militares presos y los paramilitares que deseen un país mejor.

El vocabulario del conflicto

Por: Diógenes Armando Pino Ávila
Los 50 años de guerra que ha vivido Colombia ha dado como resultado que el vocabulario funesto del exterminio se haya enriquecido al ritmo de la barbarie y de la muerte, pues en esta Colombia de ahora, solo se habla de atentados, minas antipersonas, tatucos, secuestros, bombardeos, muertes, masacres, y mutilados como si las palabras que describen el horrendo espectáculo de la muerte fueran palabras normales en nuestra cotidiana expresión.  Es tal la presencia del conflicto que nos parece normal una toma guerrillera o una masacre, la cual la catalogamos de “sin importancia”, “medianamente importante” o “importante” por el número de muerte que reporte, sin que sintamos dolor de patria por los que caen, sean civiles, soldados, policías, paramilitares o guerrilleros, sin sentir que los caídos en esencia son colombianos, compatriotas nuestros.

viernes, 30 de mayo de 2014

La que pasó y la que se avecina

Por: Diógenes Armando Pino Ávila
Los resultados de las elecciones del 25 de mayo han sido estudiados bajo la lupa de los más connotados analistas políticos que hay en el país, y son muchos los que ostentan este título. Por mi afición al periodismo y mi pasión por la paz he estado atento a los análisis que a cada momento hacen en los noticieros, revistas, periódicos y programas de opinión, en la observación atenta de estos análisis encuentra uno que siempre hay el sesgo maliciosos, la pugnacidad, la inquina y la pasión de quienes emiten estas opiniones, claro, uno entiende que este tipo de tema son de por sí difíciles de tratar en una forma objetiva absoluta, pues siempre estará presente la predilección política del analista, por eso, apelando al pragmatismo y la sabiduría popular prefiero matizar mi concepto entre el decir de esos entendidos y el sentir del pueblo.